Archivo | Uncategorized RSS feed for this section

Hello world!

13 Jun

Welcome to WordPress.com. After you read this, you should delete and write your own post, with a new title above. Or hit Add New on the left (of the admin dashboard) to start a fresh post.

Here are some suggestions for your first post.

  1. You can find new ideas for what to blog about by reading the Daily Post.
  2. Add PressThis to your browser. It creates a new blog post for you about any interesting  page you read on the web.
  3. Make some changes to this page, and then hit preview on the right. You can alway preview any post or edit you before you share it to the world.

>Las crónicas de Hermenegildo Pedro Larrad Pérez (La cantera de mármol de la Cañada de Milmarcos en Villel del Mesa)

12 May

>

La cantera de mármol de la Cañada de Milmarcos

La histórica mina de mármol que nunca se llegó a explotar
  
El 
siglo XX tiene una gran referencia histórica para nuestra generación, por muchas circunstancias que hicieron un cambio de vida hasta el rincón mas insólito de nuestros pueblos. Otros medios, posibilidades y recursos empobrecieron y dejaron desiertas muchas casas rurales. El emigrante o emigrantes de nuestro pueblo, pasaron fronteras con la ilusión de enfrentarse a lo desconocido.

El idioma, la cultura, la forma de vivir…. en cuántas ocasiones se habrá encontrado en el fondo del «pozo», en la oscuridad de la soledad y con el recuerdo de su pueblo, y si con el pensamiento pudiera haber volado, hubiera vuelto junto a su familia. Y si el espacio de nuestras crónicas nos lo permite, seguiremos completando este camino recorrido por personas que nos pueden dar fe de la vida del emigrante, y que ahora somos nosotros los que tenemos que devolver aquella moneda que otros países nos prestaron.

Las preguntas siempre buscan una respuesta. ¿Que habría ocurrido en nuestro pueblo se se hubieran explotado las minas y en este caso concreto la cantera de mármol?.

Esta cantera de mármol la podemos visitar en el termino municipal de Villel. Son muchos los turistas, que siguiendo las guías de las visitas rurales, desconociendo estos lugares naturales y de un rico mineral en nuestro país, no han tenido la oportunidad de llevarse un recuerdo de esta cantera de mármol. Partiendo desde el puente Mesa, y siguiendo la orientación derecha, nos introducimos en el camino denominado «la cañada de Milmarcos». Un camino que siguiendo su sendero de herradura, nos llevaría hasta el pueblo de Milmarcos.

Para Villel, Milmarcos tenía una vital importancia, para el intercambio de sus productos y ganado, cuando en los días de feria se reunían toda la comarca. El comercio ofrecía algunos productos comestibles que serían para la buena cocina, que las amas de casa preparaban en la mesa, aquéllas patatas guisadas con el rico congrio, u otros que en nuestro pueblo carecíamos.

En esta cañada, que tenían paso para los ganados en sus tiempos de invierno y verano, tenemos una rica cantera de mármol.

Personas interesadas han mostrado sus deseos de darle vida, con puestos de trabajo y aumentar el número de familias. Un problema que siempre ha cerrado toda posibilidad ha sido las «malas comunicaciones terrestres».

Tenemos un ejemplo: D. Amalio Urraca Renales, constructor en el pueblo de la provincia de Barcelona, Monistrol de Montserrat, tomó dos cortes de grandes dimensiones, con el proyecto de aplicar dicho material en las obras que estaba realizando en el Monasterio de Montserrat. Pero la suerte no le acompañó para realizar su buena intención. Según las crónicas de los años cuarenta, el Sr. Urraca fue denunciado por apropiarse de dichos bloques, sin permiso de los propietarios de la cantera.

El camión que transportaba el material, al pasar por el termino municipal de Sisamón, fue detenido y su 
mercancía, descargada y depositada en los jardines de la fábrica de harinas  Pío, hoy propiedad de la familia Vicente.

El visitante al introducirse por la cañada, encontrará el valle barrancoso entre dos montañas, una rocosa y la otra arcillosa con propiedades de loseta para las fachadas de paredes de las casas. Seguimos el camino y podemos contemplar, cómo los tiempos pasados nos dicen que las horas eran mas largas o el personal dedicaba más tiempo a cultivar la tierra. Vemos cómo, de los manantiales, el agua era conducida a los estanques, que servían de reserva para el riego de aquella tierra llena de frutales. Allí dejaron las fuerzas sus propietarios que con tanta ilusión preparaban, trabajaron y todo lo dejaron hecho, pero la vida nos separa de las cosas terrenales y que otros con el mismo entusiasmo continuarán. La fuente el Fraile, la viña del tío Salustiano, la finca del tío Fermín, la de Afrodisio y Cecilia, todo un recuerdo, muy presente, que forma ya parte de la historia del pasado.

Y con esta historia y este recorrido hemos llegado al lugar que queríamos visitar, «la cantera de mármol». Hoy si que me llevo unas muestras para mi museo personal, no pesan, pero si que su valor es inmenso. Las piedras siempre están vivas, siempre que la mirada tenga presente el recuerdo y el lugar, y si es hijo de Villel. Aquí, frente a esta cantera, como tantos interesados estuvieron en tiempos pasados. Proyectos, efectivamente, son muchos, medios, muy pocos, interés el máximo, para que el trabajo diera vida a muchas familias y no tuvieran que emigrar. O bien dar trabajo a los que en busca del derecho a la vida van llegando a nuestros lugares.

Nuestro pueblo aún está por descubrir, todos los tesoros que la naturaleza aún tiene dormidos. En tiempos, se sacó la piedra para el yeso, aún esta pendiente la mina de cemento, y quedaron para la historia las caleras y el tejar. Algún día vendrán en busca de estos minerales que están en otros lugares de nuestra geografía de la capital.


Crónica en el diario de Nueva Alcarria, viernes 28 de marzo 2003, 

Hermenegildo Pedro Larrad Pérez

Cronista oficial de Villel de Mesa

>Cosas de Villel de Mesa, recopiladas y comentadas por Manuel Zafra Aragón (la capilla y la imágen del Cristo de los Ribas)

15 Abr

>

AÑO DE 1661
Entrando a la iglesia la primera capilla, a la derecha, es la del Cristo de Ribas. Tanto el retablo como la imagen son de gran calidad. Se llama así porque fue mandada construir por don Juan de Ribas Cortés, quién la sufragó con los fondos de la fundación que había instituido don García Cortés Merodio, su tío y padrino quién, como el propio don Juan de Ribas, había sido, antes que él, Comisario del Santo Oficio de la Inquisición.
Don Juan de Ribas Cortés fue bautizado en Villel el día 24 de Septiembre de 1634. Era hijo de Pedro de Ribas y de María Cortés, ambas familias de profunda raigambre villelera. Fue su padrino don García Cortés Merodio.
En el libro de “Fábrica” de la parroquia de Villel hay una anotación que, con fecha 26 de Noviembre de 1661, dice lo siguiente:
“Visité la capilla que en esta parroquial dejó y fundó el licenciado García Cortés Merodio, cura que fue de esta dicha villa, por su capellán el licenciado Juan de Ribas Cortés, presbítero y residente en esta villa, el cual declaró ante el señor Visitador (que) tenía cumplido el encargo de dicha fundación……”
En 1671 don Juan de Ribas Cortés era Comisario del Santo Oficio de la Inquisición y más tarde canónigo de la Santa Iglesia Catedral de Sigüenza.
En el propio retablo hay dos inscripciones, una a la izquierda y otra a la derecha, que dicen lo siguiente:
“Este retablo hizo el bachiller Juan de Ribas Cortés, Comisario del Santo Oficio.”
“Dorole el licenciado Martín Pérez Cortés, arcipreste de Sigüenza y naturales de la villa.”
El “hizo” y el “dorole” deben interpretarse como “mandó hacer y costeó” y “Mandó dorar y costeó”.

>Cosas de Villel de Mesa, recopiladas y comentadas por Manuel Zafra Aragón (trillizas de Villel)

15 Abr

>

27 DE DICIEMBRE DE 1608

Aunque en la historia de Villel, como puede verse en los libros de bautismos, ha sido relativamente frecuente el nacimiento de gemelos, nunca se había dado, ni se dio después, el caso de trillizos.
El 27 de Diciembre de 1608, en pleno reinado de Felipe III, Juana Ruiz, esposa de Juan de Francisco, en difícil parto, dio a luz tres hijas. Todos se hacían cruces del hecho. Nadie creía que pudieran sobrevivir y por eso, rápidamente, fueron bautizadas por don Juan de Alba, cura teniente de Algar.
Las niñas eran preciosas y tenían peso suficiente para, con el amor de sus padres, superar la dura prueba de las primeras horas y vivir las tres.
En el pueblo todos quisieron apadrinarlas, pero finalmente lo fueron Domingo Pérez, Juan Marco de Morales y Andrés Álvaro. Fue madrina de las tres María Abad.
La triple partida de bautismo dice así:
En 27 días de Diciembre de 1608 nacieron tres hijas mellizas de Juan de Francisco y de Juana Ruiz, su mujer. Y el mismo día, temiendo (que) morirían, las bautizó Juan de Alba, sacerdote.
Y se llamaron Juana, Isabel y Ana.
Y quiso Dios que vivieran y las trajeron a la iglesia a 4 de Enero de 1609. Y recibieron todo lo que la Santa Madre Iglesia tiene ordenado.
Fueron sus compadres: de Juana fue Domingo Pérez, de Isabel, Juan Marco de Morales y de Ana, Andrés Álvaro. Y María Abad, viuda.
Y en testimonio de verdad,

Firmado: El licenciado Domínguez.”


>Cosas de Villel de Mesa, recopiladas y comentadas por Manuel Zafra Aragón (fallece Luís de Funes, Señor de Villel)

15 Abr

>

5 DE MARZO DE 1575

Los Funes estuvieron, durante siglos, ligados al señorío, luego marquesado, de Villel. En los primeros años del reinado de Felipe II le tocó el turno a Luís de Funes. Su partida de defunción dice así:
“En cinco días del mes de Marzo (del) año de mil quinientos y setenta y cinco falleció el Muy Magnífico Señor Luís de Funes, vecino de la villa. Recibió todos los sacramentos santos de la Iglesia.

Otorgó su testamento ante Diego de Marquina, vecino de la villa, en la manera siguiente:
  • Que por su alma y le enterrasen en la capilla mayor de la iglesia. Y (que) se pagase su dote.
  • Ítem que se cantasen nueve misas, con sus nocturnos, y al fin de ellas se celebrase oficio con dos clérigos.
  • Ítem que al cabo del año se celebrase oficio, con ocho clérigos, por su alma.
  • Que durante el año de su fallecimiento se le ofrezca, en esta iglesia, cada día, medio añal de pan, vino y cera.
  • Ítem que se le digan treinta misas de réquiem por su alma.
  • Ítem ordenó que Blas Calderón, su hijo, le diga cien misas rezadas por su alma.
  • Ítem ordenó que se digan por su alma otras cincuenta misas por aquellas personas que sus albaceas quisieren.
  • Ítem que el cura de esta villa diga veinte misas por el alma de Inés Carrillo, su mujer, y (por) sus difuntos.
  • Dejó por ejecutores de este su testamento a Gaspar de Funes y a Blas Calderón, sus hijos, y a Juan de Cendejas, clérigo presbítero, estante en esta dicha villa.
Ita est.
Firmado: Andrés Álvaro
Al margen: “Cumpliéronse estas misas y díjelas” “Están todas dichas” “De las ciento cincuenta misas, pedidas en los dos capítulos, se encargaron Blas Calderón, Juan de Cendejas y el licenciado Gondino”a su entierro se hallasen ocho clérigos, los cuales presidiesen, con hábito, cantasen letanías, celebrasen

>Cosas de Villel de Mesa, recopiladas y comentadas por Manuel Zafra Aragón (sepultado por un corrimiento de tierras)

15 Abr

>

Villel de Mesa. Pared de toba en «La Quiebra»
7 DE ENERO DE 1575

Miguel Hernández, de Algar, había empezado, en el Otoño, una mejora en su huerta, próxima al río, comiendo terreno a la montaña y utilizando arena, que sacaba del monte, para el mejor drenaje de la tierra.
Durante las fiestas de Navidad había suspendido el trabajo, por la inclemencia del tiempo y para celebrar, con su familia, las Pascuas.
Justamente, el día siguiente al de Reyes decidió continuar. Había llovido en los últimos días de Diciembre y helado en los primeros de Enero. La seguridad de su excavación se había visto afectada por ello. Miguel no le dio importancia. Era un hombre representativo de los que hicieron nuestros huertos, aumentando la riqueza y mejorando el futuro de sus herederos.
Picó y el terreno se vino abajo, sepultando al infortunado Miguel que murió en el acto, asfixiado.
Fue largo el trabajo de rescate de su cuerpo. Gentes de Villel y de Algar colaboraron caritativamente en ello.
Su partida de defunción dice así:
«En siete días del mes de Enero falleció Miguel Hernández, vecino de Algar, que le mató un terrero que le tomó debajo.
Enterrose en esta iglesia, en la arcada de la entrada a la iglesia. Tiene de dote su sepultura nueve reales.
Celebrose un oficio con seis clérigos.
Ita est.»
Firmado: Andrés Álvaro.


>Cosas de Villel de Mesa, recopiladas y comentadas por Manuel Zafra Aragón (joven muerta al caer de una peña)

15 Abr

>

24 DE JUNIO DE 1570
Ana Merino, joven de Villel, salió al campo el día de San Juan. Buscaba hierbas aromáticas y flores. En una roca encontró té silvestre; olía muy bien. No había mucho, pero arriesgando un poco se podía conseguir más y … con un poco más de atrevimiento, más. La ilusión por lograr un gran manojo y la impericia de su juventud hicieron que se arriesgara demasiado. El pié falló. Las manos no encontraron donde asirse. Era mucha altura. Quedó herida de muerte. Aun le quedaron fuerzas para gritar. Acudieron vecinos a auxiliarle, entre ellos don Andrés, el cura, que pudo confesarla y darle la absolución. Poco después falleció.
¿Dónde está la roca en la qué murió la pastoril Ana?
La enterraron bien entrada la tarde y aquella noche los cantos de los mozos del pueblo no eran cantos de alegría, por la llegada del verano, sino himnos religiosos que, echándola de menos, lloraban, más que cantaban, por la muerte de Ana.
Su partida de defunción dice así:
«En veinticuatro días del mes de Junio, año de mil quinientos y setenta, falleció Ana de Merino, vecina de esta villa, de una caída, una peña abajo, cogiendo hierbas, el día de San Juan. Diole nuestro Señor lengua solo para que confesase y adorase al Señor y recibiese el santísimo sacramento de la Extremaunción.
El día de su entierro se cantó un nocturno y al otro día una misa cantada.
Díjosele una novena rezada y, al cabo de ella, hicimos su oficio dos clérigos, sin letanía.
Ita est.»

Firmado: Andrés Álvaro


>Cosas de Villel de Mesa, recopiladas y comentadas por Manuel Zafra Aragón (durante la tormenta de ayer un rayo mató a un clérigo)

15 Abr

>

22 DE SEPTIEMBRE DE 1557
Tenía un palomar en Algar. Dedicaba al cuidado de sus palomas la mayor parte de su tiempo libre. No solo se reproducían, sino que, además, atraían a otras (silvestres y domésticas) que engrosaban el palomar. Así, el clérigo Juan Sebastián podía, de vez en cuando, degustar los sabrosos pichones estofados que le hacía su ama.
Ayer hizo bastante calor. A mediodía se empezaron a formar nubes de tormenta. Juan Sebastián no le dio importancia. Bajó hacia Algar. Cuando empezó la lluvia se refugió en su palomar. Un rayo lo mató. Su alma voló con las palomas pero llegó mucho más lejos: subió al Cielo. No cabe duda, era un hombre bueno

Su partida de defunción dice así:

«En 21 de Septiembre (de 1557) falleció Juan Sebastián, clérigo y habitante en Villel, de un rayo que le dio estando en un palomar que tenía en una huerta en el lugar de Algar. No se halló quien lo viese.

Hizo testamento.
Cantose por su alma, en esta iglesia, una novena.
Hízose un oficio en (el) que se juntaron los cofrades del cabildo de la Asunción de Nuestra Señora de Villel (que son 24 clérigos) y otros deudos y comarcanos. Y celebraron por su alma.
Enterrose en esta iglesia. Tiene de dote, su sepultura, nueve reales.
Hízose su «cabo de año» con una docena de clérigos.
Ita est.
Firmado: Andrés Álvaro